
«¿Me genera esto alegría?». Esta pregunta es la clave. Cogemos cada objeto con ambas manos, elegimos solo los que nos aportan alegría y desechamos el resto.
Pero ¿y en el caso de un espacio de trabajo? El entorno laboral requiere cosas como contratos, guiones de las próximas reuniones y tarjetas de identificación, los cuales no nos inspiran especial alegría y, no obstante, no podemos desechar, así como objetos útiles como cinta adhesiva, grapadoras y trituradoras de papel, que usas pero no estás autorizado a desechar si no te gustan.
Si te fijas bien, es probable que descubras que tu mesa es fea y tu silla aburrida, y que ni tan siquiera la tapa de la caja de pañuelos de papel de la sala común te inspira gran cosa. Cuanto más miras, más claro te queda que, en el despacho, no puedes decidir qué conservar solo basándoteen qué te proporciona alegría. Pero, antes de que ese pensamiento sea como un jarro de agua fría para tu pasión por ordenar, volvamos a empezar por el principio.
¿Por qué quieres ordenar?
Sea cual sea tu vida profesional ideal, el objetivo último es el mismo: poder trabajar con alegría. Así pues, cuando ordenas, lo más importante es elegir cosas que contribuyan a tu felicidad y valorar lo que conserves.
Hay tres tipos de cosas que debes conservar. El primero son las cosas que te generan alegría a ti, por ejemplo, un bolígrafo especial, un bloc de notas con un dibujo que te gusta o una fotografía de tus seres queridos. El segundo son las cosas que tienen utilidad y te ayudan a desempeñar tu trabajo, esas que usas a menudo, como grapas o cinta de embalar. No es que te inspiren una alegría especial, pero te facilitan las tareas diarias. El mero hecho de tenerlas te permite relajarte y concentrarte en tu trabajo.
El tercer tipo son las cosas que aportarán alegría en el futuro. Los recibos, por ejemplo, no suscitan mucha emoción, pero tienen el mérito obvio de permitir que te devuelvan el importe cuando los presentas como gastos. Los artículos relacionados con un proyecto que no te entusiasma especialmente serán, si eres concienzudo en su ejecución, un punto a favor para tu carrera profesional. Y si parte del sueño que quieres hacer realidad es que te valoren por tu formalidad, eso también te dará alegría en el futuro.
Así pues, recuerda estas tres categorías: cosas que te generan alegría directamente, cosas que la proporcionan por su utilidad y cosas que te la darán en el futuro. Estos son tus criterios para decidir qué conservar en tu espacio de trabajo.
Si te parece que las palabras «inspirar alegría» no encajan con tu entorno de trabajo, no dudes en sustituirlas por otra cosa que lo haga..
Ten siempre presente que la razón por la que ordenas no es tirar cosas y despejar tu mesa, sino hacer realidad tu vida profesional ideal, una vida que te genere alegría.