Cartera de inversión

A la hora de configurar una cartera de inversión hay que tener en cuenta multitud de cuestiones para lograr que esté diversificada, equilibrada, que se ajuste a nuestros objetivos de rentabilidad y riesgo, y al mismo tiempo tratar de obtener los mayores rendimientos posibles.

Uno de los elementos que hay que tener en cuenta es la correlación. Pero, ¿qué es la correlación en una cartera y por qué es importante?

En general, la correlación en estadística sirve para medir la relación (evolución) entre dos variables. En la construcción de carteras se utiliza para medir la evolución entre dos activos y puede aplicarse, entre otros, a la relación entre tipos de activos (renta variable y renta fija, por ejemplo), o entre índices bursátiles.

¿Cómo se mide la correlación?

Para medir la correlación se utilizan los denominados coeficientes de correlación de Pearson, que oscilan entre –1 y +1.

Cuando el valor es superior a 0 se estima que la correlación es positiva. Es decir, que cuando una de las variables se mueve, ya sea al alza o a la baja, la otra se mueve en el mismo sentido. Si el coeficiente de correlación es 1 se considera que es una correlación positiva perfecta.

Por el contrario, cuando el valor es inferior a 0 la correlación se considera que es negativa, lo que implica que las variables se mueven en direcciones opuestas. Una correlación negativa perfecta es de -1.

Implicaciones para la inversión

A la hora de construir una cartera diversificada, la correlación es un elemento muy importante según la teoría de carteras. Para intentar mitigar el riesgo, una posible estrategia es invertir en activos que estén poco o nada correlacionados entre sí, de forma que, aunque uno experimente caídas, el otro pueda registrar ganancias que puedan compensar parte o la totalidad de las pérdidas.

De esta forma, se intenta construir una cartera menos volátil y, por tanto, más segura, ya que las potenciales pérdidas no serán tan grandes, aunque tampoco lo serán las potenciales ganancias que se pudieran obtener.

La correlación no es fija

No obstante, una vez conocemos qué es la correlación en el mundo de las finanzas, hay que tener en cuenta que las correlaciones cambian con el tiempo. Por ejemplo, históricamente, las acciones y los bonos han tenido una correlación muy baja y era un punto de referencia a la hora de invertir ya que, aunque a largo plazo, los bonos suelen ofrecer menos rendimientos que la renta variable, la mayor estabilidad que otorgan a la cartera justificaba su inclusión en la misma.

Sin embargo, recientemente, la correlación entre ambos activos se ha incrementado debido entre otras cuestiones, según el Banco Central Europeo, a las presiones inflacionistas. Una circunstancia que el organismo advierte que podría producir una subestimación inicial del riesgo de la cartera, aumentando el riesgo de un ajuste abrupto más adelante, ya que las asignaciones estratégicas de activos y los modelos de riesgo a menudo se realizan en base a distribuciones de rendimiento históricas, pero es posible que no sean representativas de las condiciones volátiles actuales del mercado.

Por tanto, para una correcta diversificación, la correlación debe recalcularse y reajustarse cada cierto tiempo o, de lo contrario, dejará de cumplir su función como parámetro relevante en la construcción de las carteras.

En resumen, conocer qué es la correlación dentro del mundo de la economía y las finanzas puede llegar a ser muy útil a la hora de gestionar tu cartera de inversión.

Publicado por empresaenpareja

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