
Crece la ocupación, pero baja la productividad.
La mejora de la productividad, una de las tareas pendientes
Los datos del empleo muestran una evolución positiva después del primer impacto de la pandemia, aunque con una ralentización evidente como demuestran estos mismos datos del primer trimestre. Sin embargo, la cifra de horas semanales trabajadas por el conjunto de la población ocupada no evoluciona al mismo ritmo. De hecho, con respecto a los datos previos a la irrupción de la covid, las horas trabajadas han crecido menos de lo que lo ha hecho la ocupación.
Crece el subempleo entre las personas con contratos indefinidos
Otra perspectiva para analizar el desempeño productivo de la población ocupada en España es el subempleo. Según el Instituto Nacional de Estadística, el término subempleo hace referencia al “conjunto de ocupados que desea trabajar más horas, que está disponible para hacerlo y cuyas horas efectivas de trabajo en la semana de referencia son inferiores a las horas semanales que habitualmente trabajan los ocupados a tiempo completo en la rama de actividad en la que el subempleado tiene su empleo principal”.
Pese a la reducción generalizada, sí que se aprecia una nueva tendencia como consecuencia de la reforma laboral: desde la entrada en vigor de este nuevo marco normativo, el subempleo entre las personas ocupadas con contratos temporales ha decrecido considerablemente, mientras que entre las contrataciones indefinidas ha aumentado de manera significativa.
El impacto de la reforma laboral radica en que, por un lado, se han disparado las contrataciones indefinidas –y, por lo tanto, la presencia de personas con este tipo de contrato sobre el conjunto de la población ocupada es mayor— y, por otro lado, en que parte de estos nuevos contratos pertenecen a la modalidad de contrato fijo discontinuo. Una fórmula que, pese a ser indefinida, está pensada para los empleos de carácter estacional y en los que los empleados solo trabajan y perciben un salario durante periodos concretos del año.
El incremento de las contrataciones indefinidas es, sin duda, una de las grandes noticias para el empleo de los últimos meses. Sin embargo, el mercado está mostrando algunas señales de alarma que conviene atender. Es el caso del descenso de las horas productivas o de la tendencia creciente del subempleo entre la población ocupada que tiene un contrato indefinido. Dos hechos que muestran algunas limitaciones en el mercado y que, de no revertirse, a largo plazo repercutirán negativamente tanto en el bienestar de las personas trabajadoras como en el funcionamiento óptimo del mercado laboral”.