
Por otra parte, Martín Seligman en el desarrollo de la Psicología Positiva llega a concretar una ecuación para alcanzar una FELICIDAD DURADERA: F = R + C+V
Al igual que Seligman, planteamos la formula de la Gratitud Plena, que dependería de las siguientes variables: G= R+C+V
G (Nivel de Gratitud Plena)
Es importante distinguir la gratitud momentánea de la plena. La gratitud momentánea puede conseguirse fácilmente mediante distintos medios, como recibir un regalo o una sorpresa. No obstante, en la Gratitud Plena se observa que para el desarrollo de una gratitud duradera no es suficiente con incrementar el número de estallidos de sentimientos positivos.
R (Rango fijo)
Cada persona cuenta con un rango fijo y personal de gratitud, un nivel específico y en gran parte heredado al que volvemos invariablemente. Funciona como un “termostato” de agradecimiento. Así aunque tengamos mucha suerte durante un tiempo, volveremos pasado un determinado tiempo a nuestro nivel de gratitud habitual; de la misma forma, después de una circunstancia negativa, !36
afortunadamente, este termostato se esforzará en sacarnos de nuestro desánimo y volvernos a nuestro “estado habitual de gratitud”. Este rango fijo (R) tiende a evitar que el nivel de gratitud aumente.
C (Circunstancias)
Modificar las circunstancias puede generar un nivel mayor de gratitud , pero cambiarlas puede ser difícil, poco práctico o por lo menos costoso. Algunas circunstancias externas guardan un grado de incidencia mayor que otras sobre la gratitud. Estas circunstancias son entre otras:
- Dinero: En la gratitud influye más la importancia que una persona le otorga al dinero, más que el dinero en sí (a partir de tener un “mínimo”).
- Pareja: Tener una relación de pareja estable,parece que tiene un efecto general positivo sobre el nivel de gratitud.
- Vida social: Una vida social rica y satisfactoria es una de las características de las personas agradecidas.
- Salud: La buena salud objetiva apenas guarda relación con la gratitud: lo que importa es la percepción subjetiva de nuestro estado de salud. Sólo cuando la enfermedad que discapacita, grave o duradera, la gratitud y la satisfacción con la vida disminuyen, aunque no tanto como cabría esperar.
- El Nivel de estudios, el clima, la raza o el género no inciden demasiado sobre la gratitud.
- Religión: Parece ser que las personas creyentes son algo más agradecidas y están más satisfechas con la vida que las no creyentes.
V (Voluntad)
Serían las variables de control voluntario que pueden ayudar de forma duradera a vivir en el área superior del rango fijo de gratitud. Sentir emociones positivas tales como el optimismo, la esperanza, y la confianza (respecto al futuro), o la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el placer o la fluidez (respecto al presente) o la satisfacción, la serenidad con respecto al pasado, son respuestas que pueden ser experimentadas con empeño y dedicación.
Podemos aumentar nuestro nivel de gratitud si dedicamos nuestros esfuerzos a mejorar nuestras fortalezas personales tales como el interés por el mundo, el amor por el conocimiento, el valor y la valentía, el optimismo, la bondad y la generosidad, el civismo, la prudencia, la humildad, el perdón, el sentido del humor, etc …. Los estudios de gratitud plena muestran que el rango fijo de gratitud (R) contribuye con 50% al nivel de gratitud plena; las circunstancias (C), como si tengo dinero o salud, contribuyen con el 10%; mientras que lo que pertenece al dominio de la voluntad (V), es decir, lo que yo decido hacer para construir mi gratitud, contribuye con 40%.
Las conclusiones son bastantes obvias y exponen que el desarrollo de la gratitud plena es es gran medida consecuencia de nuestro desarrollo y ejercicio voluntario del músculo de la gratitud.