Es hora de decir basta ya. Son las 13:59 del miércoles 29 de abril de 2020 y me enfrento a escribir el que es, sin lugar a dudas, uno de los post más duros que haya escrito. Con un nudo en la garganta y con los cachetes rojos como un tomate me dispongo a escribir lo siguiente.
No puede ser tan difícil estar agusto con la persona que quieres. La realidad es la que es, sí, es la que es. Llevo días en los que ni duermo, ni como ni bebo lo suficiente, llegando hasta el punto de marearme hace algunos minutos.
Siento como el corazón late más rápido de lo habitual, como se me pone la cara roja como un tomate, como me cuesta tragar (hasta incluso la saliva). El nudo que a medida que pasan los minutos, las horas y los días se va haciendo más grande.
Tratando de mantener la compostura e intentando no llorar, sigo escribiendo y mirando a ver si me ha llegado algún correo de Jorge.
Lucho y lucharé siempre por nuestra relación. Porque estoy segura que saldremos juntos de esto y además estaremos en nuestro nuevo hogar. Como siempre decimos «quien algo quiere, que algo le cueste».